Y como polémico Edificio también podría ser La Plaza aprovecharé, queridas personas, para retomar una vieja pregunta al respecto sí, con medio año de vida una pregunta se puede considerar vieja. La cuestión es: ¿a cuánto ascienden los costes al abrir La Plaza para un evento? Y espero que no piensen que la pregunta es baladí, porque en mi criterio es de suma importancia. Es la medida que puede equilibrar la balanza a la hora de desarrollar una programación estable en el edificio. Es la medida que determina las posibilidades de uso de las instalaciones por parte de nuestro Ayuntamiento, de las empresas interesadas y de nuestras asociaciones. La medida que puede establecer un marco de compensaciones entre las partes interesadas y el coste total.
Pero no se trata de La Plaza, puesto que ahora como polémico edificio tenemos de actualidad el de la Plaza Colache (que pese a no haber empezado a construirse se anticipa al de la Piscina Cubierta). La nueva ubicación de la Sala de Estudios, de la Sede Universitaria. Los tropecientos millones que no podemos perder (les remito a Las Ayudas, el Edificio y la Rotonda en Vida de Perros hace pocas semanas). El polémico edificio resulta ser un apaño sobre una propuesta la Escuela de Gastronomía para recibir un pastizal que visto cómo están las cosas ya veremos cuándo, y que visto cómo están las cosas ya veremos cómo se dota de personal, de comodidades, y ya veremos de dónde restamos para sumarle.
Pero la crítica viene también desde otro lado: la ubicación. Una reprobación a la que me sumo, y no tanto por los temores a la inseguridad ciudadana reinante en la zona, como por la situación geográfica de la zona. Y entonces tendría que decirles que tomé en consideración aquellos argumentos que señalaban que la puesta en marcha de La Plaza marcaría un nuevo y realista punto céntrico en nuestra ciudad. Y tendría que decirles entonces que la propuesta de que La Plaza tuviera un espacio para una Sala de Estudios (además de una galería comercial) realizada por el PSOE de Tortosa me pareció y parece del todo acertada. Tan acertada la idea de establecer un servicio en un punto céntrico de nuestra ciudad como desacertada la idea de esquinar más un servicio que debe ser fácilmente accesible por parte de las personas que han de darle vida.
Del polémico edificio tendremos que tener en cuenta que no está hecho, que no está amueblado (pese al aprovechamiento del mobiliario del actual), que no tiene servicio de personal (ni hay dinero para ello), y que es complejamente accesible para gran parte de la población. Sólo eso si no queremos tener en cuenta la aparente disconformidad general, la opinión de buena parte de la ciudad.
